dimecres, 21 de maig del 2008

Nueva carta en secreto...

Querida ........,

¿Cómo andan tus cosas? Espero que estés bien. Yo lo estoy, al menos la mayor parte del tiempo, tanto del tiempo que paso despierto como del dormido. El trabajo me va bien, sé defenderme de la bandeja dónde dejo las tareas pendientes. Allí cada día tacho con una cruz los días pasados en el calendario. Nunca sé si el día presente se tiene que marcar también o no, pero da idual, no importa. Me doy cuenta que con los años me aferro más a mis cosas. Tengo la misma cartera desde... que uso cartera, está vieja, rota, las monedas se caen, y el carnet de la biblioteca también intenta huir. Y aún así soy incapaz de deshacerme de ella y utilizar una nueva! La modernidad la encuentro fría y me asusta, me siento más cálido entre la vieja estufa de leña que veía de niño y que aún veo si cierro los ojos. Sé que te he hablado alguna vez del maletero de mi coche, aunque creo que no te he escrito de él. Es una gozada abrirlo y adentrar la mirada en él, es casi como una cápsula del tiempo. Allí se puede ver parte de mi vida de los últimos cinco años. Aunque alguien con menos imaginación, sólo verá un maletero lleno de mierda, basura y más mierda. ¡Siempre me encantó la palabra mierda! En ocasiones abro el maletero porque necesito verte, allí, encima de toda esa montaña de recuerdos, ideas, ilusiones, luchas, papeles. Dentro del libro que reposa allí; ese libro antiguo, editado en Cuba, amarilleado por los años, con la portada arrugada y descolorida y con olor a... ¿perro azul tal vez? Entonces lo levanto, y como siempre he querido, te leo estos versos al óido:

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado

4 comentaris:

Shelley ha dit...

Yo tb tngo 1 calendario en mi kurro donde tacho los días y tmpoco sé si tachar el día presente :( :( Al final lo acabo tachando para pensar q me queda menos para el el viernes :P

Y, de hecho, el perro azul... es para referirse a los ojos.. nunca lo olvides!!! ;)

Txiqui ha dit...

No había pensado en eso de si tachas el día presente parece que queda menos para el viernes!
Yo nunca tacho el día presente, no se porque.
Y lo del perro azul... Se puede ver a alguien oliendo, y olerlo viendolo.

Rebeca ha dit...

Yo creo que tienes a odradek metido en el maletero de tu coche.

y que tú le vas a sobrevivir ésta vez.

Ricard Ribera ha dit...

potser demà tot gira i comença a anar bé...