dimarts, 4 de desembre del 2007

Otra minicarta...

Podría empezar esta nueva nota hablando otra vez de ciertas tardes grises y aburridas o de cartas escritas clandestinamente. También podría ser curioso que empezase, por una vez, de forma correcta, seria y formal con un "Muy distinguid@ señor/a mí@" (¡que horror!). Pero no es mi pretensión cansarte siempre con estos vacuos inicios. Así que hoy, y sin que sirva de precedente, no hay saludo ni retórica introducción. Cada día hace más frío, y me gusta. Me he cansado de oir por la radio las falacias y la maldad de Federico. El amor me pesa, me pesa mucho. Debería lavar el coche más a menudo, no sea que me condenen al ostracismo de los marranos. Me asustan las películas de miedo; como un niño me tapo los ojos y no miro. Sueño con mi hermano en irnos a vivir pronto juntos, tal vez el mileurismo y el tocho nos lo impidan y nos despierte de los sueños. Me río mucho del sentido del humor de mi hermano, y me alegra ver que nos llevamos bien. Sigo perdiendo al ajedrez; no debe ser lo mío la estretegia militar. No entiendo de rimas, ni de métrica ni de sonetos, pero sólo tu y yo sabemos, que sin poesía, vivir no quiero. Puede que no exteriorice esta sensación, pero veo con ilusión y esperanza el futuro, aunque a la vez reconozco que me gusta evadirme y atrincherarme en la nostalgia melancólica (o en la melancolía nostálgica; propiedad del producto es el no ser alterado por el orden de los factores). Con total inocencia y sin pretender ofenderte pareciendo un Don Juan cortejándote de forma caballeresca, acabo esta minicarta (que empezé sin un saludo, y terminaré sin una despedida), haciéndote saber que algunas tardes aburridas en el curro, me acuerdo de ti y te escribo.

1 comentari:

Ricard Ribera ha dit...

gràcies per enrecordar-te de nosaltres!!!