dimarts, 11 de desembre del 2007

Sueños de una noche de otoño...

Anoche quise soñarte. Hacía frío y encogí las piernas. Brazo debajo de la almohada, posición fetal, bien tapadito y listo para dormir sin ti. Pensé que no estaba mal así. ¡Que agradable sensación la de estar así, resguardándome del frío en mi pequeña cama! Aún así... que bello sería poder pasar la noche contigo, poder dormir a tu lado y no necesitar tantas mantas para resistir el cercano y cruel invierno. Aunque sólo fuera una noche, contento estaría de no pensar en el ayer, ni en el mañana, de acariciarte, de enredarme en tus besos y de jugar con tu cabello. Aunque sólo fuera una noche, unas pocas horas, para mi duraría más. Más de lo que se tarda en escribir una carta que no será leída. Más de lo que tardan las hojas de los árboles en caer al suelo en otoño mientras los niños, y algún adulto, juegan a pisarlas en la Rambla d'Egara. Acabaría esa noche al llegar la primavera (no la de El Corte Inglés), cuando despertarámos juntos de nuevo, me perdiera en tu primera mirada del día y te marcharas, hasta el próximo invierno o hasta siempre. Y entonces me acordaría de ti en un concierto de Paco Ibáñez, en el Vinyeta tomando una copa, en la luna de Alfajarín, cuando buscase en una librería sin éxito algún libro de José Agustín Goytisolo o en algunas tardes aburridas y alienadas. Pensando en esto, el cansancio me atrapa, me dejo llevar por mi buena amiga la duendecilla de los sueños, y me duermo. Y es entonces, cuando te sueño. Veo una lluvia torrencial que cae sobre nosotros, dos seres mojados sin paraguas, uno enfrente del otro, inmóviles, sonriendo, mirándose a los ojos, mientras la gente corre para refugiarse de la lluvia bajo alguna cornisa y pasa a nuestro lado un tren de los de antes, echando humo por la chimenea y silbando. Tú me hablas, pero hago ver que no te escucho bien por el silbido y me acerco un poco... Suena el despertador; tan sólo era un sueño hecho sueño... ¡Maldigo los paraguas y los despertadores!

3 comentaris:

Ricard Ribera ha dit...

mmmm gran debat sobre els paraigües, intimitat vs despreocupació
jejeje

duendecilla_18 ha dit...

Me alegro de que la duendecilla te ajude a llegar a tus sueños mas bonitos y felices, pero lastima de que existan los despertadores, tendriamos que hacer una hoguera con todods ellos por despertarnos de nuestros sueños, de nuestro mundo, el que construimos con ilusion y alli siempre o casi siempre somos felices. I ademas de despertarnos nos traslada a este mundo, donde el dolor abunda en cada rincon y el amor se esconde...

Mil besos de tu duendecilla!!!!

Laura Luna ha dit...

Sin pretensiones literarias, es así como se muestra Iván. Nos abre su corazón, derrama su personalidad en palabras, sin azucararlas ni decorarlas. Los escritos de Iván son naturales como él mismo, y por eso me gustan ;)
Un beso,
Laura